Alguno puede creer que este artículo
es un análisis cómico o irrespetuoso de la crisis ocasionada por el
ébola en África, pero es todo lo contrario: habla sobre la
ineptitud de ciertas políticas de salud pública que hacen que la
realidad supere a la ficción.
El virus del ébola. Fuente: Wikipedia.
¿Saben ustedes lo que es una
cuarentena? En cualquier caso, acá va un recordatorio, por si acaso:
"La cuarentena es la acción
de aislar o apartar a personas o animales durante un período, para
evitar o limitar el riesgo de que extiendan una determinada
enfermedad
contagiosa; no necesariamente durante cuarenta días. "
Fuente: Wikipedia.
Desde el punto de vista médico, este
tiempo de aislamiento depende de la enfermedad contraída. Durante
ese tiempo, no es prudente mover a las personas afectadas hacia un
área no afectada, sino, al contrario, trasladar hacia allí los
recursos necesarios para tratar a los infectados y prevenir la
propagación de la enfermedad. Esto es algo tan básico y obvio, que
podemos verlo hasta en cualquier película de zombis, marcadas por
los contagios y las cuarentenas como ningún otro subgénero del cine
actual, donde muchas veces la hecatombe mundial comienza, ¡oh
casualidad!, con un virus que escapa de la cuarentena de la mano de
un portador.
Sin embargo, hete aquí que esto tan
básico es olvidado en la reciente gestión del virus del ébola, por
cuestiones políticas. Ya sea por presión de la opinión pública,
por creer que se hacen mejor las cosas "en casa" (país de
origen del infectado) o por la razón políticamente (in)correcta que
fuera, el hecho es que se han repatriado más de un infectado de
áfrica hacia paises donde la epidemia no existe (o no existía hasta
que llegaron ellos...).
Paralelamente, se busca evitar a toda
costa que algún infectado deje por sus propios medios el país de
origen por vía aérea o cualquier otro medio de transporte, hacia
países donde la epidemia aún no llegó. Hipócrita, ¿no les
parece?
Claro, alguno me dirá que las
repatriaciones de infectados puntuales se hacen en situaciones
controladas, y que por eso es distinto a que uno por su cuenta rompa
la cuarentena. Sin embargo, en la práctica se ha demostrado que es
muy difícil contener el ébola, incluso en una situación de
aislamiento "móvil" casi ideal. Véase el caso español o
estadounidense a la fecha. Y lamentablemente es de prever otros más,
siendo que todavía la epidemia no llegó a su pico de transmisión
viral.
Las cuarentenas, por otro lado, tampoco
deberían romperse en sentido contrario. La gran afluencia de
periodistas que van y vienen (por citar gente en general sin mucha o
con ninguna experiencia como profesional sanitario), por ejemplo, es
un verdadero riesgo que eleva las posibilidades de que el virus se
"fugue" de la mano de un "retornado" de visitar
la zona a medida que pasa el tiempo.
Dicho de otra forma, una precaución
básica que hasta un guionista de cine zombi conoce, que es evitar a
toda costa que una persona abandone la cuarentena, en la actual
gestión de la crisis del ébola de 2014 en África sufrió ya de
demasiadas "excepciones" que destrozaron casi la regla...al
menos desde el punto de visa de la justificación moral. Esperemos
que esto no signifique también un desastre a nivel sanitario en las
regiones donde hasta el momento la epidemia del virus no se ha
extendido demasiado.
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